Palabras por el Día del Maestro

A continuación compartimos un poema, creación de las alumnas del 2° año del Prof. en Educación Inicial; y una reflexión, producción de estudiantes del 4° año del Prof. en Educación Secundaria en Lengua y Literatura:

SER DOCENTE

 

DOCENCIA

Docencia. Una palabra. Una cadena de fonemas articulados de forma lineal. Texto. Texto y contexto. Una palabra densa a la que se le asignan tantos significados como personas la pronuncian. Desde su nacimiento, resignificada, a través de la Historia. Hoy la evocamos y cada uno de los pasados se vuelven presente en nuestra voz. La palabra cobra fuerza y se vuelve poder, es temida y perseguida, enjuiciada y desposeída ¿la palabra o la docencia? Se naturaliza y con ella se normaliza el retrato de una sociedad conformista que repite hasta el hartazgo un modelo de sinsentidos imposible de sostener con argumentos. Insistimos ¿la palabra o la docencia?

¿Qué pasaría si deconstruímos la palabra docencia? Si la sacamos de su contexto para liberarla de la disyuntiva: civilización versus barbarie que la sometió a representar a la no-barbarie, herramienta del sistema para exterminar al otro, ese otro que le borramos su nombre.

Pronunciada ya unas 5 veces se nos vuelve extraña, ajena y lejana. A la deriva entre lenguaje. Su devenir es vagar. Las voces la construyen, la subordinan, la marginan. Una palabra condenada al poder de quien la pronuncia.

Así también se deforma en los medios de comunicación que establecen las reglas del juego para ser sometida a la mera repetición, colmada de una semanticidad violenta, irónica y hasta desfasada en tiempo y espacio.

Cada docente debe, tiene, puede, quiere, reclama, alborota, silencia y otorga. Es una amenaza al sistema, un gasto innecesario, un vago que vive de licencias y vacaciones, una superpoblación de habladores, el epicentro del circo mediático en tiempos de paritarias. ¿Realmente eso es ser docente?

¿Qué significa hoy? ¿Qué significa para cada uno de nosotros? Elegir ser docente ¿Es ser revolucionario? O ¿Amoldarse sin pasión a las directivas del sistema?

¿Tan peligrosa es la figura del docente que debe ser desplazada? no solo puede formar personas, construir futuros, despertar y entrenar el sentido crítico en las mentes que cambiaran el mundo, sino también – y esto es lo más penoso- pueden castrar la creatividad, hundir las mentes en la esterilidad del conformismo y borrar la posibilidad de que exista algo más allá del sentido binario de la realidad. Por eso mismo representa un arma de doble filo y nosotros la llevamos en nuestras manos. Tengamos siempre presente esa responsabilidad en la tarea que llevemos a cabo.

Sarmiento ha muerto y con él la visión positiva de la utopía educativa. Por esto, como futuros docentes reclamemos una educación de calidad, donde se nos EXIJA sin facilismos, donde expresarse lleve, realmente a la construcción crítica de la realidad, para ver lo que intentan ocultar las sombras intencionadas del poder, y si no hay vocación, compromiso, conocimiento y convicción seamos responsables de tomar otro camino para que, de ese modo, no acarreemos un peso innecesario sobre nuestra vida.

Enseñemos a pensar y no a ser pensados.

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